viernes, 15 de mayo de 2015

TERITORIO Imperio y Mare Nostrum



El territorio del Imperio Romano Abarcaba tres continentes: Sur y Oeste de Europa, el Oeste de Asia y el Norte de Africa. Dentro de sus limites quedaron: Britania, Galia, España, Suiza, los paises situados al sur del Rio Danubio, Italia, Grecia, Turquia, Asia Menor y el Norte de Africa.
El Imperio romano (en latínIMPERIVM ROMANVM; pronunciado: [imperium rōmānum]) fue una etapa de la civilización romana en laAntigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina «Imperium Romanum», que significa literalmente «El dominio de los romanos». Polibio fue uno de los primeros hombres en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante los casi tres siglos anteriores al gobierno del primer emperador, César Augusto, Roma había adquirido mediante numerosos conflictos bélicos grandes extensiones de territorio que fueron divididos en provincias gobernadas directamente por propretores y procónsules, elegidos anualmente por sorteo entre los senadores que habían sido pretores o cónsules el año anterior.
Durante la etapa republicana de Roma su principal competidora fue la ciudad púnica de Cartago, cuya expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma y que tras las tres Guerras Púnicas se convirtió en la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península Itálica y a adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como SiciliaCerdeñaCórcegaHispaniaIliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio Romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar Roma.
A su regreso triunfal de Egipto, convertido desde ese momento en provincia romana, la implantación del sistema político imperial sobre los dominios de Roma deviene imparable, aún manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un Imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el vasto Imperio para facilitar su gestión. El Imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395, quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias imperiales a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del Imperio de Occidente. El Imperio oriental proseguiría casi un milenio en pie (bajo el moderno nombre historiográfico) de Imperio bizantino), hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
El legado de Roma fue inmenso; tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.

ROMA Mito Fundacional





Según la tradición romana, Rómulo (c. 771 a. C.[1] – c. 717 a. C.) y su hermano gemelo Remo (c. 771 a. C. – c. 753 a. C.) fueron los encargados de fundar Roma. Finalmente sería solo Rómulo quien la fundaría, constituyéndose en su primer rey. La historiografía actual considera falsa esta tradición, fijando el origen de la ciudad a finales del siglo VII a. C.

Nacimiento y primeros años
Numitor era el rey de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Fue destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad, y procedió a matar a todos sus hijos varones excepto a su única hija Rea Silvia. Como no quería que Rea Silvia tuviera hijos la obligó a dedicarse al culto de Vesta asegurándose de esta forma de que no iba a tener hijos. Sigue narrando la leyenda, que Rea Silvia se encontraba durmiendo en la orilla de un río y el dios Marte se quedó prendado de ella, la poseyó y la dejó embarazada. Como consecuencia de esta unión, Silvia, tuvo gemelos a los que posteriormente llamó Rómulo y Remo. Antes de que el rey Amulio se enterara del suceso, colocó a sus hijos en una cesta en el río Tíber para que no sufrieran el mismo camino que sus tíos. La cesta embarrancó. Los pequeños fueron amamantados por una loba, Luperca, y más tarde recogidos por el pastor Fáustulo y cuidados por su mujer, Aca Larentia. Se decía que habían sido educados en Gabio, centro cultural del Lacio; más tarde se dedicaron al bandolerismo.

Regreso y fundación de Roma
Cuando crecieron descubrieron su origen, por lo que regresaron a Alba Longa, mataron a Amulio y repusieron a su abuelo Numitor en el trono. Éste les entregó territorios al noroeste del Lacio. En el 753 a. C. los dos hermanos decidieron fundar una ciudad, según el rito etrusco, en ese territorio, en una llanura del río Tíber en el preciso lugar en donde embarrancó la cesta.
No hubo acuerdo entre ellos, ya que Remo entendió que los augurios de seis aves en el cielo, señalaban fundarla sobre el Aventino. En tanto Rómulo, al ver doce aves volando sobre el monte Palatino, decidió que en ese lugar debía levantarse la nueva urbe. Rómulo demarcó con un arado lo que serían los límites de la ciudad (pomoerium), la futura Roma quadrata del Palatino. A la vez juró matar a todo aquel que traspasara los límites sin permiso.
Remo, hallándose en estado de ebriedad desafió a su hermano, ya que no sería el nuevo rey. Burlándose de Rómulo saltó sobre el surco del arado, mas cumpliendo el juramento, Rómulo lo mató. Mas tarde, lleno de arrepentimiento lo sepultó en la cima del Palatino y le dió su nombre a la nueva ciudad.
La ciudad se levantó en el pomoerium palatino, y Rómulo quedó como único soberano. Creó el senado, compuesto por cien miembros (patres) cuyos descendientes fueron llamados patricios y dividió la población en 30 curias (congregaciones). Para poblar la ciudad, Rómulo aceptó todo tipo de gente (asylum): Refugiados, libertos, esclavos, prófugos, etc.

Plan Urbano de Roma









Los planos de la antigua Roma 

Los antiguos romanos eran excelentes ingenieros y arquitectos, y también buenos conocedores de la importancia de la planificación urbana. Naturalmente, para lograr un control adecuado de la Ciudad Eterna había que tener planos. La mayoría de ellos se han perdido, sobre todo por estar realizados sobre materiales perecederos, pero he aquí que existe una maravilla en forma de puzzle pétreo que puede ser considerado como un gigantesco plano de la antigua Roma. Lo de puzzle viene a que está fragmentado en multitud de pedazos de piedra, lo que complica su reconstrucción, pequeños trozos de un plano que mostraba en detalle todas las calles y casas de la ciudad.Un gigantesco plano, llamado Forma Urbis Romae, compuesto por más de un millar de fragmentos de lo que un día llegó a ser un magno plano de 18 por 13 metros. Cierto es que estos restos no son más que una pequeña parte del total, pero siguen siendo una maravilla.
Durante siglos se han intentado unir las piezas del puzzle “a mano”, pero lo costoso del proceso hacía que, con un poco de suerte, se lograran casar dos piezas cada varios años. Para lograr montar el rompecabezas de una vez por todas, desde 1999 la Universidad de Stanford decidió escanear las piezas y emplear la informática en el proceso. Los resultados pueden consultarse en línea :
http://formaurbis.stanford.edu/

IMPERIO ROMANO y El ORIGEN DE ROMA




Según la historiografía moderna
Los elementos de la leyenda sobre los orígenes de Roma son complejos según indica Heurgon: Un culto totémico del lobo propio de las civilizaciones pastoriles; presencia de temas mitológicos grecoetruscos (cierva de Télefo, loba de Bolonia); dualidad étnica (romanos-sabinos) o política (patricios-­plebeyos) a través de dos etimologías (una griega Rhomos y otra latina Romulus) para el eponimo fundador de la ciudad, ambientado todo ello en una escenografía local: Gruta del Palatino (Lupercal), higuera sagrada (Ruminal).
Las zonas inmediatas al río eran muy favorables y además ofrecían recursos estratégicos notables: el río formaba una frontera natural por un lado mientras los montes daban un resguardo defensivo del otro. Esta posición también daba a los latinos control sobre el río, y su posible tráfico comercial y militar, desde el natural punto de observación en la isla Tiberina, la isla situada frente al actual Trastevere. También se podía controlar el tráfico terrestre ya que Roma se situaba en la intersección de los principales caminos al mar desde Sabinia, al sureste, y Etruria, al noroeste.
Se supone que el desarrollo del asentamiento comenzó con diferentes poblaciones separadas (borgate), situadas en los montes, las cuales se unieron para formar Roma. Estudios recientes sugieren que el monte Quirinal fue muy importante en los tiempos antiguos. Sin embargo, el primer monte en ser habitado parece haber sido el Palatino (lo que confirmaría la leyenda), que está en el centro de la Roma antigua. Sus tres crestas (los montes menores Cermalo o Germalo, Palatium y Velia) se unieron con las tres cimas del Esquilino (Cispio, Fagutal y Opio), y luego los pueblos sobre el monte Celio y la Subura, entre los montes de Rione Moderna, Monti y Opio. Posteriormente, la ciudad creció hasta abarcar también los montes Aventino, Capitolino, Quirinal y Viminal.

La fecha de la fundación de Roma
Durante la República Romana, varias fechas fueron dadas para la fundación de la ciudad, todas en el intervalo entre 758 a. C. y 728 a. C. Finalmente, bajo el Imperio Romano la fecha sugerida por Atticus y Varro, (753 a. C.) fue acordada, pero en fasti capitolini el año dado fue 752. Mientras que los años variaban, todas las versiones estaban de acuerdo en que la ciudad fue fundada el 21 de abril, un día santo dedicado al sagrado culto de Pales, diosa de los pastores; en su honor, Roma celebraba el parritta (o palilia). Ver también Ab urbe condita.

El nombre de Roma

El nombre del pueblo se considera generalmente que se refiere a Rómulo, pero hay otras hipótesis. Una de ellas se refiere a Roma, que sería la hija de Eneas o Evandro. También puede rastrearse un origen etrusco, que apuntaría a la gens etrusca Ruma, o a Rumon, nombre etrusco del río Tíber. Estudios recientes parecen darle preferencia a una raíz de origen indoeuropeo con significado de "río"; Roma en ese caso significaría "el pueblo sobre el río".
Roma es también llamada "urbe", y este nombre, que después en latín significaría genéricamente cualquier otro pueblo, proviene de "urvus", la ranura cortada por un arado, aquí, por la de Rómulo.
Sobre el monte Capitolino, a mediodía, el 21 de abril de cada año, una campana especial llamada la patarina suena del Campidoglio para conmemorar la fundación de Roma. En esa ocasión, el famoso cañón de Gianicolo permanece silencioso, el único día del año en que no suena.

LA CIUDAD EN EL IMPERIO ROMANO

¿Cómo era una ciudad romana?
Los primeros asentamientos romanos carecían de planificación y su trazado respondía a la adaptación al medio físico, lo que determinaba una estructura caótica.
La planificación
La planificación urbana, que se observa en las diferentes ampliaciones de Roma y en las ciudades de nueva creación, utilizaba el modelo hipodámico partía de un trazado rectangular y geométrico con calles paralelas y perpendiculares entre sí. Cada cuadrado formaba una manzana, ínsula.

Los romanos aprendieron el urbanismo de los etruscos que gobernaron Roma en el s. VI a.C., convirtiéndola en una gran urbe, con alcantarillado, puentes, edificios públicos y murallas.
Sin embargo, el modelo de plano geométrico que adoptaron los romanos procede de los griegos. Cuando los persas destruyeron Mileto los griegos encargaron su reconstrucción al arquitecto Hipodamo que la planificó siguiendo una estructura reticular . El éxito de este modelo fue inmediato, los griegos lo aplicaron en sus nuevas fundaciones o ampliaciones urbanas (puerto del Pireo). Posteriormente, los romanos lo descubrieron, a través de los etruscos, y lo emplearon tanto en sus campamentos militares como en las ciudades que fundaron. En España por ejemplo Emérita Augusta, en África Timgad, Palmira en Asia.
El urbanismo fue uno de los principales logros de los arquitectos romanos, pero preocupándose siempre del aspecto práctico más que del estético. Roma creó una civilización urbana que a diferencia de las conocidas hasta entonces, tuvo una preocupación especial en mejorar la calidad de vida del ciudadano. La ciudad romana, urbs, ha pasado a la historia como un modelo de eficiencia y buen sentido.
Para conseguirlo, el Estado invertía en infraestructuras que garantizaban a los habitantes de la ciudad comodidad (agua en abundancia gracias a los acueductos, calles empedradas con aceras, incluso con pasos de peatones), higiene (alcantarillado, baños), abastecimiento (mercados), seguridad (murallas) y entretenimiento (teatro, circo, anfiteatro).
Roma fue extendiendo su modelo urbano a los territorios conquistados, sobre todo en el Mediterráneo Occidental, habitado mayoritariamente por pueblos rurales. En las zonas conquistadas reformaban las ciudades si existían y, cuando no había, las fundaban, colonias, siguiendo el modelo hipodámico.

La urbanización de los territorios conquistados era un medio para:
Controlar mejor a la población, antes dispersa.
Uniformar culturalmente a las poblaciones sometidas. Para los pueblos del Mediterráneo occidental la romanización consistió en pasar de un modelo de vida rural a otro urbano.

INFRAESTRUCTURA DEL TERRITORIO.



Calzada romana a su paso por Mérida
Al principio, los romanos construyeron sus carreteras con fines exclusivamente militares, siendo los legionarios los encargados de su construcción y mantenimiento. Desde Roma salían 29 caminos dispuestos en abanico que enlazaban la ciudad con las provincias italianas y, tras sobrepasar los Alpes, se extendían por los países circundantes. Estas carreteras eran llamadas consulares, y la red se complementaba con las calzadas secundarias, de carácter provincial. El uso militar pronto dio paso al económico, incrementando el tráfico comercial. Pronto se exigió el pago de un peaje en los pasos entre provincias y, a finales del Imperio, se designaron funcionarios para inspeccionar los vehículos e impedir su sobrecarga.
Las calzadas tenían en general la parte central reservada a los carros y animales, siendo los laterales, más altos, exclusivos para el paso de peatones. Por ellas circulaba el correo imperial (cursus publicus) por parte de funcionarios autorizados. Los gastos de correo, muy elevados, eran sufragados por las provincias, pues era necesario construir diversa infraestructuras para su correcto funcionamiento. Así, junto a las calzadas se levantaron mansiones, albergues, stationes o caballerizas. También las provincias debían costear el salario de los funcionarios públicos encargados del mantenimiento de la calzada: obreros, arrieros, veterinarios, conductores, etc. Igualmente, los gastos inherentes a la estancia de personas y animales estaban a cargo de las provincias.
Frente al Estado, también había organizaciones particulares que alquilaban coches y animales y que hacía frente al transporte del coreo particular.
Las paradas se hacían cada 5 kms., recorriendo unos 30 kms. diarios. En cada parada el viajero podía comer o beber en los figones que estaban al lado de las oficinas de correo. Al llegar la noche podía dormir en un albergue oficial -si era funcionario del Estado- o en uno particular.
A pesar de una red tan eficaz de carreteras, el transporte resultaba lento y caro, en especial en relación con el transporte fluvial o marítimo. Por este motivo, la gran mayoría del tránsito de mercancías era de escala local.

Acueductos Infraestructura del territorio



Roma,Acueducto, detalle Acueducto de Les Ferreres (Tarragona)

El agua para los romanos
El agua del poder
En época de la República se construyeron cuatro acueductos. Su creación fue debida tanto al aumento de recursos económicos, fruto de las conquistas, como a las necesidades de las ciudades. Cinco fueron los que se construyeron en la época de los Julio-Claudios, ya en época imperial, que respondían a las necesidades de la capital. Con Trajano comenzaría a gestionarse todo el sistema de abastecimiento de aguas. Alejandro Severo fue el promotor del undécimo y último acueducto de Roma.
El mecenazgo de las aguas sólo podía ser desempeñado por el Estado, ya que la construcción de los acueductos era muy cara. Se convirtió en un medio privilegiado de promoción personal.
Tras la caída de Roma, los acueductos lograron sobrevivir hasta el año 537, cuando el bárbaro Vitiges, para asediar la ciudad defendida por Belisario, cortó las traídas de agua para acelerar la rendición.

La administración de las aguas

La vida de los acueductos no sólo dependía del talento de los ingenieros, sino también de una voluntad política eficaz, de la continuidad de una administración cualificada, como los curatores, y de su personal, como los acuarii o “funcionarios del agua”. Las principales tareas de esta administración eran velar por la construcción de los acueductos, mantener regularmente en buen estado las canalizaciones y administrar las concesiones del agua. Para evitar los posibles fraudes, en época de Frontino existía ya todo un sistema de inspección y represión.

El primer paso antes de comenzar un acueducto era buscar un punto de partida idóneo, preferiblemente en un lugar elevado donde el agua fuese siempre pura, abundante y regular. Una vez garantizado esto, se construía un embalse, si era necesario, cuya agua pasaría a un depósito donde se acumulaba y reposaba antes de partir hacia el acueducto. Los estanques donde se recogían no eran muy diferentes a las grandes cisternas, aunque de menor tamaño. Su función principal era elevar un poco el nivel del agua inicial y decantarla. Después, el agua circulaba por el specus, que eran canales cubiertos, herméticos y la mayoría de ellos eran subterráneos.
El siguiente paso era calcular la pendiente y trazar el recorrido del specus. El agua correría por él sin presión, únicamente a favor del potencial gravitatorio. Para hallar la pendiente se servían de la groma y el chorobates, utilizados en los trabajos de nivelación.
Los obstáculos unas veces eran evitados y otras salvados directamente por medio de grandes obras como puentes, sifones, túneles. A veces aparecían algunos defectos como malas elecciones del terreno, rupturas de la pendiente, etc.

INFRAESTRUCTURA DEL TERRITORIO Los Puentes


Puente romano sobre el río Erjas, Segura de Toro, Cáceres


LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PUENTES ROMANOS

Aunque los puentes romanos más antiguos de los que tenemos noticia fueron de madera, los ingenieros romanos mostraron su maestría en la construcción de puentes de piedra.
 Su diseño consistía en uno o varios arcos de medio punto (semicirculares) apoyados sobre pilares alineados. Encima de esta estructura de arcos discurre la vía que atraviesa el río. A menudo construían en los pilares, tajamares salientes contracorriente, para reducir la erosión producida por el agua.
Empleaban en la construcción bloques grandes, escuadrados en forma de sillares, que formaban los paramentos externos, y rellenaban el interior de mortero cementado con puzolana. Para izar los bloques empleaban grúas, movidas por esclavos, situados dentro de una rueda.
Extraían la piedra en canteras próximas, donde cuadrillas de canteros especializados tallaban con cinceles los sillares. Otras cuadrillas de obreros se encargaban del transporte en carretas hasta la obra. 
 La construcción del puente empezaba por los cimientos una vez seleccionado el terreno más firme y comprobada la resistencia del subsuelo. El problema más importante era el agua. Para resolverlo utilizaban ataguías. 
  Las ataguías eran empalizadas dobles, cilíndricas o prismáticas, hechas de troncos, firmemente clavados en el suelo, unidos e impermeabilizados mediante pez y arcilla, de cuyo interior estanco extraían el agua mediante un tornillo de Arquímedes.
 En el interior de las ataguías se procedía a la construcción de los pilares. Los canteros los construían hasta el nivel de las impostas, repisas salientes que marcaban el comienzo de los arcos. Dejaban entonces paso, durante algún tiempo, a los carpinteros que colocaban las cimbras, la tablazón que servía de apoyo a la construcción de los arcos y se retiraba una vez terminados. Sobre las cimbras se construían los arcos, disponiendo las dovelas hasta completar la curva.
 Terminados los arcos, se terminaba la superficie de la calzada, se construían las enjutas, se levantaban los parapetos para la seguridad de los usuarios y se consagraba el puente por el pontífice.

FORO ROMANO



Con la República aumentó la actividad política, y el Foro se fue poblando de construcciones destinadas al gobierno y la administración. Todavía hoy se conserva
en buen estado el de la Curia, donde deliberaba el Senado. En cambio queda muy poco del Comitium, la plaza circular en la que se reunían las asambleas para elegir a los magistrados. También son escasos los restos de la tribuna llamada de los rostra -o espolones-, desde la que se arengaba al pueblo. Los episodios más cruciales de la historia de Roma durante la República tuvieron su origen en esta zona del Foro: los discursos de los Gracos para mejorar la situación de la plebe; la polémica entre Mario y Sila; las soflamas de Cicerón contra Catilina; la decisión del Senado para exigir a Julio César que abandonase el mando militar, orden que éste desobedeció cruzando el Rubicón y tomando la Urbe; y la concesión del título de Augusto a Octavio en el 29 a.C., que se considera el inicio de la época imperial.
El nuevo cambio de régimen trajo consigo ampliaciones y mejoras cada vez más espectaculares de los foros. Junto al antiguo Forum Romanum, fueron surgiendo los llamados Foros Imperiales, construidos por César, Augusto, Trajano, Nerva y Vespasiano.

LAS TERMAS ROMANAS, OTRA OBRA SINGULAR

Termas llamadas Hercolaneum. Entrada

El modelo de terma imperial quedará establecido en las de Nerón y Trajano. Las de Caracalla, aunque sólo conservamos restos de sus muros y algunas bóvedas, nos ofrecen una perspectiva de su monumentalidad.
En realidad fueron iniciadas por Septimio Severo y finalizadas por Alejandro Severo hacia el año 240. El edificio de las termas se inscribe en un recinto cuadrangular y está rodeado de jardines.
El acceso se realiza por un vestíbulo que da paso a la sala de vestuario y a la palestra, que tiene otro vestuario en la zona norte. Al sur de la palestra encontramos el baño y el laconicum o baño turco. Dos nuevos baños completan la distribución de esta zona.
El centro del edificio está presidido por el frigidarium, piscina de agua fría, cubierto por enormes bóvedas de arista sostenidas por columnas adosadas que se coronan con elegantes entablamentos. A ambos lados se situarían las salas anejas.
Al sur del frigidarium se ubica el tepidarium, sala con calefacción de aire caliente bajo el pavimento, y el caldarium, sala circular dedicada al baño de agua caliente, de vapor y al masaje.
Al norte del frigidarium se halla el natatio, gran piscina.
El esquema del edificio es simétrico, por lo que las mismas dependencias que nos encontramos en el ala oeste se repiten en el ala este. De la misma manera, la exedra con salas anejas que se halla en el recinto que rodea a las termas en sí se repite en las dos alas. Sí es único el amplio graderío que se establece en el lado sur del conjunto.

ROMA: ARTESANÍA Y CONSTRUCCIÓN


Escuadra de albañil procedente de la necrópolis de Attino

Decoración del hipogeo de Trebius Justus en la Via Latina (Roma), Albañiles trabajando
La artesanía
Zapateros, orfebres, alfareros, tejedores, etc. trabajaban en talleres, en los que solían también vender sus productos. Muchos de ellos eran muy pequeños, aunque otros podían llegar a reunir hasta 70 trabajadores. No debemos olvidar que también se realizaban trabajos domésticos como la panadería, confección, etc. elaborados en su mayoría por los esclavos en las grandes casas señoriales, alcanzando algunas a ser autosuficientes.
Normalmente existían dos tipos de talleres: los destinados al consumo local, que producían objetos menos elaborados y más baratos, y los destinados a la exportación, que servían productos sofisticados y a precios elevados. Algunas ciudades solían especializarse en productos concretos, alcanzando fama la cerámica de Arezzo o los bronces de Mantua. Los talleres solían ser propiedad de hombres libres, mientras que la mano de obra era en su mayoría esclava. Tejidos, vidrio, calzados, monedas, cerámica,... todo tipo de productos podía encontrarse en la mayoría de las ciudades del Imperio, ciudades que debían su urbanismo y la edificación a un amplio número de artesanos que demostraron su buenas maneras. El trabajo en la construcción solía ser realizado por hombres libres, aunque también encontramos esclavos y asalariados.
La mayoría de los artesanos se unían en "collegia" o agrupaciones para la defensa de sus intereses, germen de los gremios medievales.

TERRITORIO Y URBANIDAD


Las características físicas de la península itálica
Con una disposición longitudinal, la famosa bota limita al norte con los Alpes, al sur con el mar Jónico, al este con el mar Adriático y al oeste con el Tirreno. Su relieve está dominado por dos cordilleras, al norte los Alpes que constituyen una barrera casi infranqueable que la separa de centroeuropa, y los Apeninos, cordillera de menor altura que recorre todo su territorio de norte a sur, pero con numerosos pasos naturales que facilitan la comunicación entre los dos mares.
El resto de la península está formado por llanuras y suaves colinas
La costa es en su mayor parte baja y rectilínea por lo que escasean los puertos naturales
Sus principales cuencas hidrográficas el Po al norte, el Arno en la Toscana y el Tíber en el centro, irrigan las fértiles vegas italianas.
La influencia marítima y la latitud determinan el dominio de un clima Mediterráneo de escasas lluvias, inviernos suaves y veranos calurosos, a excepción de la zona próxima a los Alpes, donde el clima tiende a la continentalidad.
La existencia de amplias llanuras y suaves colinas, junto con el dominio del clima mediterráneo y la falta de puertos naturales, explica que los romanos, a diferencia de los griegos, fueran un pueblo de campesinos y no de marineros. Se cultivaba principalmente cereal, vid y olivo, en rotación con hortalizas en las vegas de los ríos, donde también abundaban los frutales. Por el contrario, en las zonas más abruptas dominaba el pastoreo.
Respecto al subsuelo, el norte y el centro de Italia presentan ricos yacimientos de hierro, cobre, plomo y bronce, minerales que fueron la base de la civilización etrusca.
vega Terreno bajo y fértil generalmente a la orilla de un río.

URBANIDAD
'Es privilegio de la antigüedad mezclar las cosas humanas y divinas para dignificar los orígenes de las ciudades por la intervención de los dioses' (Tito Livio, 59 a.C.- 17 d.C.)
Para los romanos la vida urbana era muy superior a la rural, a pesar de las numerosos inconvenientes que a veces ofrecía la ciudad (ruidos, inseguridad, intrigas, falta de intimidad...), y que los ricos salvaban construyéndose villas en el campo. En el mundo romano, como en el actual, urbanidad era sinónimo de educación y cultura.
De hecho la palabra civilización está relacionada con la palabra ciudad y ambas proceden de civis "ciudadano"..

CONTENIDOS QUE NO PUEDEN FALTAR EN LA GRILLA DE ROMA

Para ofrecer al alumno mayores elementos de comprensión y herramientas de estudio, es preciso tener en cuenta que en la elaboración de la Grilla no pueden faltar en cada una de las categorías (filas) y en cada campo de análisis (formal, funcional y simbólico), una serie de variables y conceptos fundamentales para cada uno de los  períodos a estudiar. Tales elementos serán considerados a su vez en los exámenes parciales y finales.

Para ROMA IMPERIAL:

Fila I. Unidad Socio-Territorial-Ambiental:

Ubicación témporo-espacial de la civilización y el imperio, escala de su territorio de influencia y de asentamiento. Formas de organización de las ciudades dentro del territorio. Las ciudades-campamento. El Castro. El Mar Mediterráneo, Mare Nostrum. , la navegación y el comercio. El territorio entendido como dominio geográfico (clima, relieve, recursos naturales) y el dominio cultural (cómo y con qué se trasforma el soporte natural). Relación ciudad-territorio, las escalas territoriales, los sistemas políticos y religiosos de organización social. Los modos de producción. Intervenciones para dominar el territorio, rutas, acueductos, puentes, fronteras.

Fila II. La ciudad y sus componentes urbanos:

Concepto de ciudad como ocupación del territorio. Lo urbano como expresión del hábitat y el habitar. La ciudad de Roma. Origen de la ciudad, relación de la ciudad con su entorno, límites y bordes (naturales, construidos e ideales), la forma y las características del trazado, redes, ejes (principales y secundarais), zonificación (por actividad predominantes, por clase social, por jerarquía religiosa, etc.). Elementos morfológicos (espacios significativos). Relación cultural de lo construido con la naturaleza. Lo sagrado, lo público y lo privado. Programas de arquitectura y funciones. Infraestructura urbana. Calles, Termas, acueductos urbanos, infraestructura. Relación entre los espacios públicos y los privados. Ejemplos de ciudades planificadas (Barcino, Ampuria,Timgad, Etc.). Conceptos de República e Imperio, la participación política. Importancia de los espectáculos públicos el ocio y su relación con el poder (circo, coliseo, teatro, termas, etc.). El Foro como edificio de poder y comercio

Fila III. Arquitectura singular y repetitiva

Arquitectura singular: Concepción socio-cultural del ejemplo seleccionado. Formas de implantación en la estructura urbana, integración al trazado y vinculación visual y conceptual con el entorno (construido y natural). Relación de las partes y el todo. Escala. Proceso de generación de la forma (lógica de proyecto), composición: formas, volumen, proporciones, geometría, simetrías, asimetrías, adición, yuxtaposición, articulación, relaciones áuricas, colores, texturas, etc. Relación entre espacios abiertos y cerrados. Materialidad, técnicas, sistemas constructivos y tecnológicos. Sistema ornamental. Sistema estructural. Características funcionales, simbólicas e implicancias sociales. El programa de usos, actividades primarias o secundarias, usos y funciones originales y adquiridas con el tiempo, relación entre funciones y necesidades, la función del todo y de las partes. Diferenciación y organización espacial, zonificación: público-privado; social-íntimo. Sectores o partes determinantes del proyecto. Objeto como portador de mensaje, como reflejo del pensar de la época y de la ideología reinante, como expresión visual de la circunstancia histórica. Elementos y operaciones que hacen a un lenguaje de clase o condición económica. Identificación de signos, símbolos y alegorías. Cualidades expresivas o comunicacionales.

Arquitectura Repetitiva: La vivienda Romana individual y colectiva (Domus e Insulae). Vinculación con el entorno (otras viviendas, calles, barrio, integración al trazado urbano, etc.). Relaciones entre su forma-función-significado. Formas, volumen, proporciones, geometría, escala. Antecedente. Relación entre espacios cerrados y abiertos. El patio. El acceso. Características de los espacios públicos y los privados dentro de la vivienda. El espacio de culto en la vivienda. Programa de necesidades, usos y significados de los espacios. Zonificación según actividades, períodos del año, trabajo, sexo, edad, período del año, clase, etc.). Materialidad, técnicas, sistemas constructivos y tecnológicos. El interior de las viviendas.. La estructura familiar. El rol del hombre y el de la mujer y los niños. La esclavitud.


Fila IV Desarrollos culturales:

Relación entre contexto social-cultural y la producción. Las técnicas y los sistemas de producción como determinantes del sistema económico y del sistema de organización social. Qué y cómo se produce. Cómo se modifica el medio ambiente para alcanzar esa producción. Cómo se involucra el sistema político/religioso en el sistema de producción. Continuidades del modelo griego, El desarrollo de la cerámica. La vestimenta. La música. Aportes o legados. Nuevas tecnologías constructivas, el arco, la agrimensura, la cúpula. Indumentaria, La toga símbolo y diseño. Poder imperial y ejercito, las maquinas de guerra, la legión y su organización, la gladius, espada corta.

Roma: El Mito Fundacional

Según la tradición romana, la ciudad de Roma fue fundada en el año 753 a.C. por los gemelos Rómulo y Remo a las orillas del Tíber, esta pequeña ciudad floreció y se desarrolló hasta llegar a ser considerada durante la época previa a la República, superior a sus vecinos, haciéndose cada vez más fuerte a medida que se apoderaba de mas territorios. Ya en la República, alrededor del año 270 a.C. Roma dominaba toda la península Itálica y seguía su expansión. Este imperio que a partir del s. I a.C. sería gobernado por emperadores, creció y absorbió ciudades y territorios que hoy en día comprenden mas de 40 países con 5.000 Km., de un extremo a otro.

FORO



El Foro
Todo era formidable en esos espacios públicos: las amplias calles tenían pavimento de travertino, lo mismo que las plazas, que solían estar presididas por enormes estatuas; en los edificios se alternaba el brillo de los bronces con los tonos grises, blancos y ocres de los mármoles. Cada detalle se había dispuesto cuidadosamente para durar e impresionar, tanto en las construcciones religiosas como en las civiles. Entre estas últimas destacaban por su prestancia las basílicas, en las que se celebraban los juicios y se realizaban transacciones comerciales. Su interior era muy amplio, con el espacio distribuido en naves separadas por columnas. En el exterior tenían dos pórticos laterales bajo los que se alojaban, en hilera, numerosas tiendas que vendían todo tipo de productos. Los restos de la basílica de Majencio y Constantino dan idea de las enormes dimensiones que llegaban a alcanzar estos edificios.
Los monumentos conmemorativos y las estatuas que adornaban los foros no tenían, en cambio, ninguna finalidad práctica, al menos inmediata. Los más llamativos eran las columnas, como la de Trajano, y los arcos de triunfo, como los de Tito, Septimio Severo, Constantino...

FORO y MERCADO

Foro Romano (reconstrucción)Foro Romano (reconstrucción)


El Foro Romano (del latín forum, 'plaza de mercado' o 'lugar al aire libre') es una plaza de mercado y centro de negocios privados y públicos de la antigua Roma. La palabra 'foro' era el término usado por los antiguos romanos para referirse al espacio grande, abierto y rectangular, en la parte central de una ciudad, un lugar público donde tenía lugar la asamblea del pueblo.
 En un principio era un espacio abierto, sin edificios, en el que la gente se reunía los días de mercado y en las fiestas religiosas, para las elecciones y para otros acontecimientos públicos; con el tiempo, se convirtió en el centro político donde estaban los edificios civiles y administrativos y los templos más importantes. Con frecuencia tenía arcos en ambos extremos de las calles o carreteras que lo atravesaban.
 En tiempos antiguos, cada ciudad tenía un foro, que no sólo servía para transacciones legales, actividades políticas y negocios comerciales, sino también como zona para juegos públicos, entretenimientos, representaciones teatrales, combates de gladiadores y de lucha, y para carreras.
 El foro principal de Roma, el Forum Romanum Magnum (el Gran Foro Romano), era de este estilo, y encima de las columnatas que lo rodeaban había galerías para los espectadores. Sin embargo, al crecer las ciudades, se hizo necesario crear un foro independiente (forum civile), para los asuntos legales y administrativos, así como foros comerciales (fora venalia), cada uno especializado en la venta de un producto.
 Las tiendas estaban situadas alrededor de la plaza del foro comercial y con frecuencia en las calles que conducían a él. Además de los foros abiertos, algunas ciudades también tenían mercados cerrados.
 El término forum (foro) se convirtió de forma progresiva en sinónimo de mercado y se usaba como un epíteto descriptivo en los nombres de los mercados de muchas ciudades, tales como Forum Appii y Forum Julii.
 Los templos del foro con frecuencia satisfacían más que un propósito religioso. En Roma, el Templo de la Concordia lo usaba el Senado como lugar de reunión, y el Templo de Saturno servía como tesorería del gobierno y alojaba los archivos financieros del Estado, hasta que fue sustituido por el Tabularium.
 El centro del foro normalmente estaba tan lleno de estatuas, altares, arcos y otros monumentos, que obstruían las transacciones comerciales. En respuesta a este problema, de vez en cuando se ordenaba que se despejara.
 El primer foro de Roma estaba entre las colinas del Palatino y del Capitolio y la colina del Quirinal. Antes del 500 a.C., se desecó la tierra pantanosa y se creó un mercado con tiendas alineadas. En la parte noroeste de la ciudad había una zona de reunión.
 La belleza del foro se intensificó de forma considerable con la construcción de los templos de Saturno, Cástor y Pólux, y de la Concordia. El primer palacio de Justicia, la basílica Porcia, fue construido en el 184 a.C.; le siguieron los de Emilia, Sempronia y Opimia.
 Las basílicas le dieron al foro una apariencia característica de columnata. En el 54 a.C., para aliviar la gran congestión del Forum Romanum Magnum, Julio César comenzó la construcción de uno nuevo con su nombre, Foro de César. Era un foro amurallado, en el cual el edificio principal era el templo de Venus Genitrix.
 Cerca de este foro nuevo, hacia el 20 a.C., el emperador Augusto construyó un foro aún más grande (Foro de Augusto), que contenía un templo dedicado a Mars (Marte) Ultor.
 Posteriormente, se construyeron otros foros, como el del emperador Vespasiano, rodeando a un hermoso templo de la paz; el Foro de Nerva que comenzó el emperador Domiciano y que completó el emperador Marco Coceyo Nerva, en él había un templo consagrado a Minerva; y el magnífico Foro de Trajano, que incluía la basílica Ulpia y la Columna de Trajano, a los que más tarde el emperador Adriano añadió el Templo de Trajano.
 Estos cinco foros imperiales estaban comunicados con el Forum Romanum Magnum en una línea continua que se extendía al norte y al este del mismo.

En el Foro Romano también se encuentran el Templo de Venus y Roma, construido por el emperador Adriano en 121-135 d.C, y la Basílica de Majencio, comenzada por Majencio en 308 d.C. y concluida por Constantino en 312 d.C. El Coliseo se encuentra al este del Foro.

Termas


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En el imperio Romano los baños eran una actividad social por excelencia. El baño no sólo cumplía una función higiénica, sino que era un nivelador social al que concurrían hombres y mujeres, libres y esclavos. Era además asociado al placer y en las ciudades grandes como Roma era frecuente que el baño implicase promiscuidad, por lo que los cristianos y los filósofos se negaban a participar de él y acudían a bañarse un par de veces al mes. La relación con el paisaje existía, pero más que localizar los baños en un lugar especial en el paisaje, como en los casos anteriormente mencionados, el paisaje era creado artificialmente para deleite de los bañistas.

El caso que nos ocupa es el de los baños de Caracalla, las termas más grandes que sobreviven hasta hoy y las segundas más grandes en haberse construído, después de las de Diocleciano (en español, estos baños "termas", voz que proviene del griego "thermos" (θερμός), que significa "caliente").

 
Tamaño comparativo de algunas de las Termas construidas en Roma.

Este complejo fue iniciado por el emperador Septimo Severo en 206 D.C y completado por Caracalla entre 212-217 DC. Posteriormente, otros emperadores como Elagábalo y Alessandro Severo complementaron la obra o la refaccionaron. El edificio fue destruído por un terremoto en 847, aunque ya desde 537 no podía ser usado ya que los canales de agua fueron destruídos por una guerra.
 
Las Termas en ruinas en el siglo XVII, enterradas varios metros.
Grabado de Giovanni Battista Piranesi (1720-1778)

El conjunto ocupa una extensión de 13 hectáreas y se ubica al inicio de la Vía Apia. El edificio principal tenía 228 m de largo por 166 de ancho y 38.5 de alto.
 
Ubicación de las Termas de Caracalla al inicio de la Vía Apia.

Además de los baños, incluía espacios de reunión, bibliotecas y hasta un pequeño estadio, pudiendo albergar hasta 1700 bañistas.
 El recinto se hallaba definido por un cerco cuadrangular. El diseño, como en muchos otros casos en la arquitectura romana, seguía un patrón simétrico.

 
En el noreste se ubicaba el ingreso principal, flanqueado por pórticos en dos niveles que contenían locales comerciales. Tras atravesar los pórticos de ingreso, se encontraban breves jardines que precedían al cuerpo central. Tras el ingreso se llegaba a los vestuarios (apodytera), donde el usuario luego de despojarse de su ropas las dejaba en un estante. Posteriormente hacía ejercicio en el gimnasio (palestra) o recibía un masaje en alguno de los cuartos conexos. Las termas contaban con tres tipos de baños: fríos, calientes y tibios.
 
En la parte anterior se halla el Frigidarium, un gran salón conteniendo los baños fríos y que tenía una enorme piscina descubierta o natatio. En medio del edificio se hallaba el Tepidarium, que eran los baños tibios. Posteriormente iba al Caldarium, una especie de baños sauna, cuyas paredes eran calentadas a través de tubos huecos de terracota y cuya figura cilíndrica cubierta por una cúpula dominaba la parte posterior del conjunto.
A los costados se encontraban dos grandes salientes semicirculares que conformaban las bibliotecas. Al fondo, se ubicaba el estadio que sólo tenía graderías por un lado, escondiendo tras sí las enormes cisternas.
 

Uno de los aspectos que más llamó mi atención fue la impresionante escala del edificio. Este no era un templo o un palacio, era un equipamiento de uso público. Sin embargo la impresionante monumentalidad de la escala deja claro el mensaje de la arquitectura como instrumento simbólico del poder imperial.
 

El sistema constructivo combinó el uso del ladrillo cocido con el hormigón (opus caementicium) el cual era una mezcla de pequeñas piedritas y un mortero de arena y cal. Pero aun más impresionante es el complicado sistema hidráulico que servía a los baños.
El agua era traída de los manantiales de Subiaco, a 100 km de Roma, a través del acueducto Aqua Marcia y de allí se abastecía un ramo especial llamado Aqua Antoniniana. El agua llegaba a una enorme cisterna dividida en 18 compartimentos y una capacidad de 80,000 m3. Desde allí bajaba por gravedad a unos tubos y atravesaba los jardines rumbo al edificio.
Existían tres redes de túneles, hechos para facilitar la inspección y mantenimiento de las instalaciones: para agua, desagüe y almacenamiento de madera, que era usada en cerca de 50 hornos para calentar el agua.
 

El interior de las termas era magnífico. La piscina o natatio era descubierta y decorada con cuatro columnas de granito. Existían tambien grandes espejos de bronce para reflejar la luz solar. Las paredes tenían recubrimientos de mármol o estaban decoradas con frescos y cientos de estatuas se ubicaban en nichos en varios niveles.
 
Interior de las termas
Imagen 3D cortesia de Gordana Beaulieu
  
Interior de las termas
Imagen 3D cortesia de Altar4 Multimedia
 
Los pisos eran cubiertos de mosaicos blancos y negros, algunos de los cuales aun pueden ser apreciados en el lugar.
 El diseño paisajista era notable, los jardines rodeaban al edificio siguiendo patrones geométricos e incluyendo estatuas, fuentes y lugares de reunión y conversación.
 Hoy en día, además de ser un atractivo turístico importante, las termas viene siendo en las últimas décadas un escenario incomparable para representaciones culturales, teatrales y musicales.