viernes, 15 de agosto de 2014

PERIODO EN EL QUE VEMOS GRECIA


Grecia clásica

A partir del año 490 a.C se inicia el período clásico. En él se desarrollan las guerras médicas entre griegos y persas, que terminarían con la victoria de los primeros sobre los segundos.
Las continuas guerras entre Esparta, Atenas y Tebas debilitan a los griegos.

Grecia helenística

A partir del año 380 a.C. se inicia la época helenística. En ella se producirá la anexión de los territorios griegos a Macedonia por parte de Filipo II rey de Macedonia, un reino situado al norte de Grecia. Alejandro Magno, hijo de Filipo II, será quien extienda los límites de la Hélade hasta límites nunca alcanzados. A su muerte y tras la división de su imperio se inicia el declive helénico hasta su conquista por parte de Roma.

Algunos datos
El término "aristoi "deriva de la palabra aristocracia. 
El término Hélade abarca todo lo relacionado con lo griego (religión, costumbre, lengua).
Las guerras médicas fueron 3 y reciben este nombre porque los griegos llamaban "medos" a los persas.
Alejandro Magno y sus conquistas difundieron la cultura griega por todos los territorios del imperio.


LAS COLONIAS GRIEGAS: Jamás hubo un estado griego; sin embargo, a pesar de las divisiones en repúblicas frecuentemente rivales, hubo un pueblo griego en el que todos sus miembros hablaban la misma lengua, y tenían costumbres e intereses comunes. Hubo también un mundo griego formado no solamente de las ciudades de Europa, sino también de todas las ciudades fundadas allende los mares, es de ir, las colonias. El archipiélago llegó a ser una especie de mar interior, en cuya costa, ciudades independientes las unas de las otras y que formaban estados distintos, contribuyeron cada una por su parte al progreso y al brillo de la civilización griega.


LA VIDA PÚBLICA

La vida de un ciudadano de Atenas puede compararse con la de un hombre que fuera en tiempo ordinario a la vez comerciante diputado, y que en ciertos casos fuera llamado por elección o porque le tocara la suerte, a ser magistrado, empleado de menor categoría u oficial. Todos los ciudadanos eran iguales en derechos y tomaban parte en el gobierno y en la administración pública. Este gobierno de un estado en que el pueblo ejerce la soberanía, se llama democracia.

LA DEMOCRACIA
<< La constitución que nos rige, dice Pendes, ha recibido el nombre de democracia porque su fin es la utilidad del mayor número no la de una minoría. >> El filósofo Aristóteles resume poco más o menos en estos términos el funcionamiento de la democracia:

<< Es preciso que los magistrados sean elegidos por todos o por sorteo; que las dignidades no se distribuyan según la importancia de la fortuna; que las funciones no duren nunca muy largo tiempo, que todos los ciudadanos sean llamados a juzgar en los tribunales, y, por último, que la decisión de todas las cosas dependa de la Asamblea general de los ciudadanos. >>

Así se procedía en Atenas. Cualquier ciudadano, sin que se tuviera en cuenta su nacimiento o su fortuna, podía aspirar a los honores y a alcanzarlos, pues los cargos de arconte, de senador y de juez eran sorteados todos los años. Todo ciudadano participaba del gobierno, porque él decidía con su voto si las leyes propuestas habían o no de entrar en vigor ya en Atenas, ya en el resto del imperio. También tenia derecho a gozar de comodidades, puesto que, con el fin de que hasta los pobres pudieran desempeñar los cargos públicos, se imaginó que éstos fueran retribuidos y que se retribuyera la presencia en la Asamblea; por consiguiente, cumplir con los deberes de ciudadano, fué un verdadero oficio para el ateniense.
Esta democracia era en realidad una aristocracia. Los electores eran poco numerosos (15.000 a lo sumo); y la Asamblea era como una reunión pública en la que todo el mundo se conocía. Tenían esclavos para atender a los trabajos, y súbditos para abastecer de dinero a la ciudad. La vida era barata, y con poco gasto podía tenerse un buen pasar.
Todos los años se designaba por sorteo a 6,000 ciudadanos para que fueran magistrados, con lo cual se llegaba al resultado de que la mitad de la ciudad administraba a la otra mitad. 


LOS HOMBRES Y LAS MUJERES
El ateniense dividía su existencia en dos partes iba al y tribunal, al templo, al gimnasio, a los baños o a sus negocios, y volvía a su casa sin decir nada a su mujer de lo que había hecho. La mujer no estaba asociada a esa clase de vida: era solamente su esposa y la madre de sus hijos.
Sin embargo, no era una especie de esclava como en oriente; estaba casada ante la ley y poseía una dote que le daba independencia. Administraba la casa, y dirigía los trabajos de los servidores; podía salir y recibir a sus amigas; tomaba parte en los sacrificios religiosos, y ciertos cultos, como el de Demeter, le estaban exclusivamente reservados.
Estas eran sus solas distracciones. No tomaba jamás parte en las reuniones de los hombres, y sus preocupaciones no sallan del dominio de los quehaceres domésticos y de su tocado.
Las jóvenes estaban severamente encerradas en el gineceo, recibían poca instrucción y apenas si sabían algo más, que cantar, cocinar, bordar y coser. Llegadas a cierta edad, el padre las casaba con quien le parecía bien, sin consultar su voluntad.

LA CIVILIZACIÓN ATENIENSE
LA VIDA PRIVADA EN ATENAS

Después de las guerras médicas, Atenas, orgullosa de su gloria y rica por sus conquistas, brilló con esplendor extraordinario. Esa es la época en que se nos ofrece el cuadro más perfecto de la vida griega.
El bienestar y la alegría del hogar, llamaban muy poco la atención del griego. Corno la mayor parte de los meridionales, éste pasaba los días fuera de su casa, ocupado en los negocios, en los ejercicios, en la política y en las ceremonias. Vivía no para su familia, sino para la ciudad. El lujo de ésta era su orgullo; se contentaba personalmente con una vida sencilla y modesta, con tal que los monumentos públicos y las fiestas de sus dioses provocaran la admiración universal.

LAS CIUDAD: Atenas no era una ciudad con casas altas ni calles anchas. Las casas se agrupaban en las faldas del Acrópolis, según el capricho del dueño, y formaban un dédalo de callejuelas de que sólo los antiguos barrios indígenas de la ciudades argelinas pueden dar una idea. Cuando, después del incendio de la ciudad por los persas, se reconstruyó Atenas, se crearon barrios nuevos en los que se plantaron árboles, las casas fueron más espaciosas y las calles se trazaron a cordel; verdad es que sólo se hizo esto en los barrios de los ricos. Los comerciantes permanecieron en sus casuchas de la antigua ciudad.

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